El cerebro humano reacciona de manera inmediata ante escenas de acoso escolar. Un estudio de la Universidad de Turku (Finlandia), publicado en JNeurosci, muestra que estas situaciones ponen en marcha circuitos sociales y emocionales, junto con sistemas de respuesta a amenazas, lo que genera de forma instantánea estados de alarma y angustia.
Respuestas emocionales
Los resultados se confirmaron en un segundo experimento con adultos, en el que el seguimiento ocular y el tamaño de las pupilas muestran respuestas emocionales y atencionales más intensas frente a las escenas de bullying. Además, estas reacciones fueron más marcadas en quienes habían sufrido acoso en la vida real.
El estado de alarma continuo perjudica la salud mental y física
Según el investigador Lauri Nummenmaa, los hallazgos muestran que este estado de alarma continuo puede ser perjudicial tanto para la salud mental como para la física, al mantener activada de forma prolongada la respuesta autonómica del organismo.
Referencia:
“Exposure to Bullying Engages Social Distress Circuits in the Adolescent and Adult Brain”. JNeurosci, 2025.